El ámbito comercial no escapa de esta revolución digital, a través de la cual es posible llegar a mercados que antes eran impensables. La globalización se afianza

En los tiempos que corren es difícil imaginar que algún tipo de negocio pueda ser ajeno al fenómeno digital, bien sea de cara al público o en lo que se conoce como trastienda, es decir, en aquellos procesos que no siempre el usuario final conoce pero han de ser determinantes para satisfacer la demanda o necesidades. Un ejemplo de ello es la gestión de correo o bases de datos para por ejemplo montar pedidos. Lo cierto es que cada vez más, los patrones de consumo apuntan hacia lo online por su poder informativo y transaccional.

De la presencia web se pueden beneficiar tanto el público objetivo de los productos o servicios, como aquel emprendedor, profesional independiente o los trabajadores de una empresa que, según el tipo de sitio, tiene oportunidad de brindar su oferta de manera remota y por lo general con una estructura de personal menor a la que requeriría tener sucursales diseminadas.

Esa posibilidad de atender varios lugares a la vez gracias a las bondades de Internet y en general de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), se enmarca en la globalización que distingue esta era actual de conectividad por doquier. Con las herramientas tecnológicas actuales es mucho más factible conquistar nuevos mercados, traspasando fronteras regionales, nacionales y hasta internacionales.

Pudiera pensarse que para ello es suficiente tener una activa presencia en redes sociales y de microblogging, lo cual no es del todo cierto o del todo falso, pues el centro de toda estrategia de marketing digital es el sitio web. Allí van a dar los potenciales y actuales consumidores o clientes, que necesitan información específica de las organizaciones, tales como su origen, trayectoria, portafolio, ubicación, formas de pago, vías de contacto y cualquier otro tópico relacionado con los negocios.

No obstante su importancia, los requisitos necesarios para poner en línea un sitio web no son tan cuesta arriba como la mayoría cree. Basta contratar un proveedor de hosting, hacerse de un dominio acorde al nombre web, en cuya selección es pertinente que priven aquellos que tengan punch (pegada) a fin de lograr una fácil recordación.

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